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Jornada Electoral 2023. Primera parte: Partido Socialista Obrero Español (PSOE 2023)

Comenzamos el presente artículo, que llega con un mes de retraso, con un pequeño repaso de lo que os vais a encontrar. En primer lugar, revisaremos la situación del programa electoral del PSOE, para después constatar las diferencias y las novedades, de haberlas, respecto a la versión anterior. Después, echaremos un vistazo general a la presencia en Internet del Partido Socialista Obrero Español, para centrarnos, a renglón seguido, en comparar el vídeo más reciente del partido con su equivalente de 2019. Y, como cierre del análisis, comentaremos brevemente lo mismo respecto a los últimos tuits que encontremos en su cuenta oficial de Tuiter. Si queréis más detalles respecto a los pormenores metodológicos, os recomendamos recordar nuestro artículo introductorio. Por lo demás, sólo queda constatar que tienen algo llamado PSOEtv, que no vamos a tocar —dado que suponemos que es algo preparado estrictamente para los de la casa y no creemos que tenga homólogo en ningún otro partido—, y que…, curiosamente, su página oficial da muchísimos problemas con Archive.org. Comencemos.

Cuando entramos en la página oficial del PSOE, lo primero que llama la atención es que no se encuentra a simple vista el programa electoral. Si pones «Programa electoral» en el buscador que te ofrece el sitio te salen documentos del tipo “MANIFIESTO POR EL DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD”, “Manifiesto del PSOE Día Mundial del Sida 2015” u “Obrint el debat constitucional podríem seduir molts catalans”. Lo bueno es que Google es sabio, conoce lo que queremos buscar y con un simple «PSOE programa electoral» te sale el de 2019 y una página con el histórico de todos los programas desde… 1879 —no sé si reír o llorar—. Sea como fuere, ya tenemos ubicada la última versión, de 54 páginas, que suponemos que es la vigente, como nos ocurrió en 2019 con la de 2016, que será la que, inevitablemente, tomemos como referencia —la cual tenía 387—.

De los puntos clave que ya destacamos en 2019, se mantienen las aparentes buenas intenciones, el manejo virtuoso de ideas generales, ciertos lugares comunes, mucha demagogia y algún planteamiento interesante. Más allá de esto, vamos a centrarnos, en primer lugar, en las cuestiones que comparten ambos programas en relación con lo dicho en nuestro artículo original. Ya desde los primeros compases comprobamos que la costumbre de llenarse la boca hablando de servicios públicos y demás ayudas o subvenciones, sin mencionar prácticamente la idea de subir los impuestos —salvo de manera tímida, y siempre, claro, sólo a los ‘ricos’—, se mantiene. De hecho, en esta misma línea, no se menciona ni el impuesto de sucesiones, que sí aparecía en 2016, ni la quiebra del sistema público de pensiones —que es un tema que nunca veremos—. Una vez sobrevolado esto, pero esta vez desde el lado de la economía, encontramos buenas dosis de racionalidad capitalista y cientificista, como en la versión de 2016, con ideas recurrentes que elogian la tecnología y la innovación o que están vinculadas a la necesidad de mejorar las ‘capacidades y competencias’ informáticas en la educación; aunque no sin antes garantizar principios de inclusión y eliminar «la segregación escolar por las condiciones de origen de los estudiantes, por sexo o por necesidades educativas especiales» (eso sí, por lo menos tienen la decencia de «mantener los Centros de Educación Especial para el alumnado que necesite una atención muy especializada», pero…). Por ahora, nada nuevo bajo el sol. Y ya que sacamos a relucir, nunca mejor dicho, al astro rey, seguimos yendo muy bien servidos de obsesiones progresoides ya clásicas, como el cambio climático —suponemos que con grandes dosis de magia, pues se pretenden cerrar nucleares y apostar por las renovables, pero sin que la electricidad sea más cara—; la cuestión feminoide —con las chorradas típicas acrecentadas y mejoradas con delirios del calibre del ‘sólo sí es sí’, y manteniendo, además, un desdoblamiento caprichoso del lenguaje, que podría responder a que estos ‘feministas’ se olvidan de las mujeres de vez en cuando—; el multiculturalismo tribalista (o identitario); y la defensa, ¡cómo no!, de todas las identidades y variantes sexuales —totalmente respetables y merecedoras de un reconocimiento a la hora de considerar un modelo de familia amplio e inclusivo—. Por otro lado, nos topamos también aquí con otro clásico: nos sigue gustando cargar contra la Iglesia católica mientras defendemos la igualdad de religiones (por ejemplo, la musulmana).

Siguiendo con las semejanzas, la memoria histórica —rebautizada, ahondando en el engaño y el eufemismo, como ‘memoria democrática’— sigue siendo un buen instrumento de propaganda, al igual que lo es el hecho de apelar a los delitos de odio. Eso sí, se nos ha olvidado el temita de la ‘radicalización’…: debe ser que ya no está de moda (aunque los atentados de Cataluña ocurrieron apenas dos años antes de la concepción de este programa, en 2017, y el goteo de detenidos no ha cesado). En la línea de los olvidos, terminamos ya de dejar de lado el término «Iberoamérica» para abrazar definitivamente el de «Latinoamérica» —cuando la palabra más precisa, clara y tradicional es la de «Hispanoamérica»—. Siguen los autodenominados socialistas en contra de las puertas giratorias y de la interferencia del quehacer privado en el institucional, pero bien que lo blindan legalmente. En este punto, resulta divertidísimo la idea tanto de 2016 como de 2019 de que los programas sean vinculantes. Aprovechamos este momento de reflexión ética para destacar que, en 2019, aseveramos algo así como que «es imposible pensar políticas genuinamente ecológicas y sostenibles desde la primacía del capitalismo»; lo que es muy matizable, dado que es evidente que el capitalismo ofrece, a su vez, las soluciones a estas cuestiones, sin reducir, teóricamente, la riqueza —aún quedaban muy cerca las clases con el profesor Carlos Fernández Liria y, claro, todavía teníamos su marxismo recién comido—.

Una vez que ya hemos repasado los puntos en común en relación con lo que destacamos en 2019, ahora queda rescatar cuestiones que nos han llamado la atención y que ya estaban en el maremágnum de 387 páginas anterior, pero que no incidimos en ellas en su momento. El PSOE apuesta decididamente por abolir la prostitución, lo cual es una postura extrema si atendemos a todas las que se pueden asumir: desde la plena legalización —pasando por la promoción, si ya nos ponemos exagerados del todo— hasta la alegalidad actual. Es un tema complejo que no vamos a tratar ahora, pero lo que sí podemos adelantar es que lo más prudente en cualquier caso, sobre todo mientras uno no tenga claro qué es lo mejor y no sea una cuestión apremiante de vida o muerte —y, a nivel político, que podamos constatar amplio consenso—, es no hacer nada y mantener la situación tal como está. Otra cuestión que ya estaba es la idea aquella de luchar contra el terrorismo, junto con el reconocimiento y respeto a sus víctimas…; siendo una de estas cosas extremadamente obvias, como lo es también el decir que uno está en contra de la corrupción —que, por cierto, es algo que ellos mismos se encargan de subrayar—. Respecto a este asunto, más allá de remarcar la palabrita mágica de ‘reconocimiento’, lo gracioso es la tolerancia de este partido con otros como Bildu o ERC —los cuales se abstuvieron en la investidura—. Por lo demás, son muy animalistas, lo que es esperable viendo el ecologismo del que hacen gala y teniendo en cuenta cómo esta moda extravagante va creciendo poco a poco. Además de esta cuestión marginal, siguen estando a favor de descentralizar el aparato del Estado y de promover el regionalismo, mostrando su claro compromiso de financiar las lenguas locales, mientras subrayan su lealtad constitucional con la unidad de España —algo así como estar en misa y repicando; aunque…, bueno, digamos que, en este punto, juegan a hacer equilibrismos para no parecerse a Podemos, a la vez que intentan no molestar a sus potenciales socios nacionalistas—. Están en contra de los falsos autónomos, lo cual es un detalle, y quieren hacer que los tratamientos de reproducción asistida sea gratuitos para todas las mujeres, independientemente de su orientación sexual y estado civil, porque ‘lo más’ ahora es la tendencia que favorece el condenar a los niños a la orfandad de padre.

«Lamentablemente, la eventual incorporación de UP al Gobierno de España habría impedido una respuesta coherente y ajustada a nuestros principios constitucionales, en particular en relación con el reto secesionista en Cataluña».

Siguiendo con las semejanzas que pasamos por alto en nuestro artículo original, nos encontramos con que continúan comprometidos con la protección de la propiedad intelectual, lo que siempre da un poco de miedo; y es que ya contamos con una legislación bastante restrictiva, en la cual se asegura que los derechos de explotación se mantengan hasta 70 años después de la muerte del autor. Este asunto ya lo trataremos más en profundidad en otro momento, pero ahora podemos adelantar que quizá sea algo exagerado y conduzca a potenciar la pereza intelectual tanto del autor como de su descendencia; sin contar con la ralentización de la creación artística en general (dado que, en el fondo, toda creación humana es una copia de la copia). Poco después veremos cómo vuelve furtivamente, en la zona del deporte, la cuestión ‘genérica’. Y aunque no podamos evitar disculparnos por traer de nuevo el tema feminoide, tampoco podemos obviar que permea a lo largo y ancho de todo el programa; concretándose, en este caso, en la insidiosa idea de luchar contra la discriminación de ‘género’ en el deporte (cuando es precisamente la cuestión física la que más diferencia a hombres y mujeres). Y ya para terminar con este apartado, el partido de gobierno está a favor de alguna forma de ingreso mínimo vital, porque, al parecer, no bastan los subsidios que ya tenemos previstos y es mejor que la gente dependa del gobierno que cualquier otra alternativa. También aseguran estar en contra de los aforamientos, cuando no hace falta buscar demasiado para encontrar noticias que parecen indicar lo contrario (y es que es indudable que, pasados tres años desde el último programa elaborado y seis desde el de 2016, seguimos aún con el temita de marras). Y, para finalizar, pero en la línea también de lo anterior, quieren derogar la “Ley Orgánica de protección de la seguridad ciudadana” (2015), llamada por algunos como ‘Ley Mordaza’, aunque da la sensación de que lo más probable es que pasen otros seis años y que sigan totalmente motivados a acabar con ella. A su vez, a modo de puente con la parte de las novedades que encontramos en el programa de 2019, está la cuestión de la eutanasia, que ya aparecía en 2016, pero sólo como algo sobre lo que se tenía la intención de abrir el debate si había consenso, y atendiendo siempre al asunto —fundamental— de los cuidados paliativos. Sin embargo, en el programa vigente dicen que van a impulsar una ley que regule la eutanasia y los ‘derechos y garantías de la dignidad de la persona’, y lo comentan así sin más —y sin más lo llevaron también a término en medio de la pandemia de coronavirus, con 142 votos en contra y 2 abstenciones—.

«Constituiremos consejos sectoriales de verificación en los que participará directamente la sociedad civil. Su misión será evaluar el cumplimiento, por parte del Gobierno, de los compromisos sociales del PSOE contenidos en este programa».

La triste realidad es que en el programa de 2019 no encontramos demasiadas novedades respecto al de 2016. Lo más interesante es que se declaran en contra de los vientres de alquiler (o gestación subrogada). Éste es un jardín en el que no nos vamos a meter ahora, así que tan sólo diremos lo que comentamos en el caso de la prostitución (o amancebamiento abonado): prudencia y, en caso de duda, dejar las cosas como están. También descubrimos una mención acerca de erradicar las pseudoterapias…; sin embargo, tres años después seguimos encontrando, por ejemplo, productos homeopáticos en las farmacias y continua habiendo clínicas de acupuntura por doquier —por mencionar dos engañabobos típicos pseudocientíficos—. Asimismo, están en contra de la obsolescencia programada y de la propaganda de los juegos de azar: ideas razonables que podría defender cualquier partido político —menos los extremadamente liberales, claro—. Por último, encontramos una cosa llamada ‘Derecho a la desconexión digital’, que, si bien podría ser a priori razonable, y aquí nos vamos a poner liberales, resulta algo muy difícil de perseguir, porque lo cierto es que tenemos que reconocer que hay trabajos y circunstancias donde es necesario darlo todo por la empresa —y, en este sentido, por ejemplo, habría que pensar, con los pies en la tierra, el tema del sexismo y de ciertas políticas discriminatorias, más allá de las capacidades y méritos, a la hora de seleccionar trabajadores—. Finalizado ya el repaso de la parte de los programas, vayamos, pues, con el análisis de la presencia del Partido Socialista Obrero Español en los mares internáuticos.

Las redes publicitadas a bombo y platillo en la web oficial son Facebook, con 231.000 seguidores; Twitter, con 849.000; Instagram, con 120.000; Youtube, con 30.300; Flickr, con 885; Telegram, con 4.410; y Twitch, con 427. Además, publicitada en su Facebook, encontramos que también tienen una cuenta en el novísimo TikTok, con 3.757 seguidores, donde utilizan, como peces en el agua, el estilo ridículo, simiesco y demagogo que favorece la plataforma china. Esto nos encaja perfectamente con nuestra elección del enfoque tuitero y youtubero, dado que son las dos redes, de texto y de vídeo respectivamente, con más importancia. Más allá de esto, también cuentan con aplicación propia, llamada “PSOE ‘El Socialista’”, hecha por Vernavi Software S.L. y con un total de 39 valoraciones. Además, tienen tienda, donde encontramos categorías de ropa, tazas y complementos de diferentes temáticas, como igualdad, diversidad ‘eco/psoe’, ‘siéntete psoe’, nuestra historia y biblioteca —sin contar con el outlet, como si esto fuera Mango—. Al margen de que hace falta valor, pocos escrúpulos y mucho morro para decir que el partido tiene 140 años, nos quedamos con los trajecitos para bebé —perfectos para el adoctrinamiento y la uniformación desde la cuna— y los ositos con sudadera. Por último, en este vistazo general también aparece la página de afiliación, que, más allá de contar con la imagen de un hombre blanco hetero, no tiene nada de especial. Dicho todo esto, empecemos con los vídeos. Así como “Inauguración exposición ‘40 años de democracia, 40 años de progreso. 1982-2022’” sería el más actual, el de 2019 es uno titulado “Acto de Pedro Sánchez en Valencia” —del cual nos quedaremos con una parte cerrada, equivalente a los 44 minutos que dura el primer vídeo, dando preferencia al principio del acto y al discurso de Pedro Sánchez—.

El del 2 de octubre de 2019, con un público a rebosar de banderas del PSOE, comienza con el discurso de una mujer que dice «compañeros y compañeras», «amigas y amigos» y que da las gracias a ‘Pedro’ por estar allí. Eso sí, a los pocos segundos de empezar se refiere ya sólo a sus ‘compañeros’, para a continuación volverse al público otra vez con un «amigos y amigas», hasta terminar por dirigirse más adelante únicamente a los varones de la oposición y a los machos del propio partido. En fin…, como podría seguir así eternamente, vamos a parar ya con este chiste. Del primer discursito apenas se puede sacar un esfuerzo por tirar balones fuera respecto al bloqueo con Podemos que obligó a repetir las elecciones, y también que hay políticas xenófobas y racistas (no sabemos si se refiere a las mujeres o a las genuinas «políticas» —perdón, ya paro—), junto con «políticos, y también políticas, machistas». También habla de las pensiones y de la memoria histórica, de feminismo de palo, etcétera. Como vemos, nada que no hayamos tratado ya en la parte del programa (aunque con un poquito más de mención a la ‘extrema derecha’, eso sí). Sea como fuere…, saltemos a la parte de Pedro Sánchez, que empieza saludando a aquellos, que no a aquellas, que se han quedado fuera, para después asegurar que va a buscar un sitio más grande donde quepan todos para la próxima (aunque…, pensándolo bien, si no dejan entrar a las mujeres, quizá sí que haya espacio suficiente). Pero…, oye, para hacer honor a la verdad, también hay que decir que luego se acuerda de las vecinas de Valencia con un «vecinos y vecinas» (juro que esta será la última mención al temita del desdoblamiento). Del discurso de Sánchez sólo sacamos que agradece mucho que la gente le vote y que los del PP, Ciudadanos y VOX quieren llevar al país 40 años atrás. Primero agradece al equipo su trabajo (en clave muy positiva, como no podía ser de otra manera); luego defiende la postura que ya hemos visto en el programa respecto al problema de Cataluña (haciéndolo aquí con más fuerza que en el texto escrito); repasa toda la cháchara sobre los servicios públicos (aunque casi que mejor habría que decir estatales) y las pensiones; y también sigue manoseando el tema de las mujeres y del ecologismo. Todo ello, por cierto, con la certeza de que lo paguen los ricos, tal y como vemos en la línea del programa. El evento finaliza con música y con gente ondeando las banderas del PSOE.

Por su parte, el vídeo del 17 de octubre de 2022 comienza con música electrónica y con una mujer, con un acento andaluz forzadísimo, peleándose por desdoblar el lenguaje en masculino y femenino, y haciendo un repaso de lo que es el Partido estatalista-ecologista-feminista-europeísta-autonómico-español en concomitancia con lo que ya hemos visto en el programa. Vemos detrás a Felipe González, nuestro querido hombre X de los GAL, y a José Luis Rodríguez Zapatero, el venezolano. Toma la palabra Felipe González y, tras una intervención claroscuramente interesante —lo cierto es que se agradece su tono, bastante menos estúpido del que estamos acostumbrados en los tiempos que corren—, nos quedamos con una idea: «en democracia la verdad es lo que los ciudadanos creen que es verdad», dado que «las razones se confunden», y que sólo la verdad que creen los ciudadanos —enfatizando eso de «la verdad»— se traduce en votos; siendo estos los que le llevan o alejan a uno del poder. Lapidariamente certero, el padre fundador del PSOE actual nos da la clave última del ser y del sentido de su partido. A continuación toma la palabra Pedro Sánchez, que se deshace en elogios cuando se refiere al trabajo del viejo líder, al tiempo que repasa los puntos que ya hemos repetido en este artículo por activa y por pasiva: las mujeres, sacar a pasear a Franco, los servicios públicos, el ecologismo y el patriotismo hecho a la medida de sus intereses. La única diferencia respecto al vídeo de 2019 es que nuestro presidente está menos ágil y creíble, lo que es comprensible si tenemos en cuenta que ya no es ningún recién llegado y que le han tocado gobernar unos tiempos muy difíciles (que, indiscutiblemente, además, le están quedando muy grandes). Repasemos ahora si hay algún tipo de cambio entre hace unos años y la actualidad, comparando cinco tuits de 2019 en relación con cinco actuales. Si bien iniciaremos la selección por el último del día, abriremos el repaso con el más antiguo, que se remonta al 14 de octubre (aquí se evidencia la demora de este análisis, a la que hemos hecho alusión al principio).

En 2019 nos encontramos, así para empezar, un resumen de la semana con un enlace, un vídeo y un uso desmesurado de emoticonos. El vídeo, de dos minutos, se reduce a ver a Pedro Sánchez viajando y repitiendo las ideas que ya tenemos tan trilladas. Luego, con el mismo formato, un tuit que informa del calendario sobre la aprobación del techo de gasto y de los presupuestos generales del Estado. En tercer lugar, leemos otro cargando contra el PP, al que acusa de estar en el centro de «la derecha más dura de este país», y donde también aparecen unas imágenes de una entrevista a una tal Adriana Lastra en el Diario de Burgos, con una letra tan pequeña que cuesta leerla incluso con una pantalla de 27 pulgadas —sabiendo que la gente suele usar más el móvil que el ordenador para leer Tuiter, esto parece fruto del trabajo en automático de un becario—. El cuarto, por su parte, promociona una entrevista de un tal José Luis Ábalos en la cadena del partido: Televisión Española. Y, por último, el quinto celebra que una negra haya batido el récord femenino en la maratón de Chicago con un enlace a El País. Las etiquetas más usadas son «#PlanAntibloqueo» y «#TiempoDeMujeres», el tuit con más retuiteos tiene 115 y el que tiene más comentarios suma 40, con muchos de los usuarios cargando contra ellos y alguno puntual que les muestra su apoyo.

Para sorpresa de nadie…, en 2022 el estilo sigue siendo muy parecido: un uso intensivo de emoticonos y material audiovisual, así como la promoción de eventos del partido y noticias de lo que van haciendo. A su vez, y siendo en este caso una novedad, vemos una mención al ‘Reto Demográfico’, en el marco de aprobar nuevas ayudas; lo que es una moda bastante colateral que no estaba en el programa de 2016, pero que sí aparece en el de 2019 (lo que es lógico si tenemos en cuenta que, en ese momento, el libro de “La España vacía” [2016], de Sergio del Molino, aún estaba muy verde porque acababa de salir). Por lo demás, la cantinela de siempre y, sobre todo, que lo paguen los ricos. Mención aparte a la demagogia de Félix Bolaños con la idea de ‘cerrar heridas’ respecto a la Guerra Civil y demás, cuando es obvio y patente que, de cara a conseguir réditos propagandísticos, se dedican intensivamente a intentar abrirlas —y es que el común de los mortales no es que lo tenga superado, algo que tenía ya hecho en los 80, sino que no guarda ningún tipo de interés por este asunto—. Y hablando ya de números…, cabe señalar que el que más retuiteos tiene llega a los 143 y, en cuanto a los comentarios, alcanza los 71 —con un contenido similar al de 2019, pero quizá con una mayor severidad—. Por último, aunque no por ello con menos importancia, la etiqueta más usada es… «#ElGobiernoDeLaGente». En resumen, más allá de un conocimiento sociológico, por decirlo de alguna manera, lo cierto es que el PSOE es bastante coherente si comparamos lo que dice en Internet con lo que defiende en su programa; no existiendo, además, prácticamente evolución alguna respecto a 2019.

Terminado este análisis, no nos vamos a alargar mucho más. La triste realidad es que el Partido Socialista Obrero Español no ha mejorado; de hecho, en todo caso, ha profundizado en los vicios y en las estupideces que ya encontrábamos en 2019. Hay alguna cosa razonable, como ya la hubo a la altura de las anteriores elecciones, pero estos pequeños brillos —que es difícil que no existan, pues un reloj de agujas roto da en dos momentos del día correctamente la hora—, como la idea de defender la negociación colectiva, incluso aunque llegaran a término y no desembocasen en el saco roto de la demagogia y de las buenas intenciones vacías, tampoco serían suficientes para redimir a este partido, que, a estas alturas de la película, no sólo no se deja votar —si se porta una cabeza mínimamente lúcida y honesta—, sino que se merece desaparecer junto con toda la maquinaria que le sustenta.

«El PSOE no está en condiciones, con este programa, de hacer frente al PP, que gana en coherencia, sentido común y claridad; ni mucho menos puede pretender ser un partido serio a tener en cuenta. Ya está en 2016 lo que vendría después y, por ello, no sorprende la figura de Pedro Sánchez. El programa es demagógico en aquellas partes donde se pretende evitar que se vote a Podemos, y el resto son ideas para que los liberales socialdemócratas se sientan solidarios y generosos votándoles».

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