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Jornada Electoral 2023. Cuarta parte: Podemos (PODEMOS-IU 2023) y Más País (MP-EQUO 2023)

Hoy nos dedicaremos a comentar el estado actual del partido morado en la línea que marcamos en la introducción de esta serie. Aunque en todos los casos recomendamos leer además el artículo original, en éste resulta de radical importancia, ya que no han actualizado su programa (lo que nos lleva a indicar en esa parte que todo lo que podríamos comentar ya fue explicado en su momento). Sea como fuere, sólo señalaremos en este párrafo introductorio que la página oficial es perfectamente compatible con Archive.org. Comencemos.

Antes de nada, hay que matizar que lo que fue el Podemos primigenio se ha disgregado ahora en dos partes: los herederos directos, que conservan su nombre, y Más País. Además, el frente de los seguidores de Pablo Iglesias, liderados a día de hoy por una tal Ione Belarra, se ha juntado con la fagocitada Izquierda Unida de Alberto Garzón —algo que se evidencia al comparar cómo este partido baja de 8 diputados en 2011 a 2 en 2015—. Pero el jaleo no acaba aquí, sino que se complica aún más cuando comprobamos que Yolanda Díaz, la encargada de dicha coalición, que pasa ahora a llamarse ‘Unidas Podemos’, parece estar más interesada en aupar su proyecto personal, ‘Sumar’, que en servir a la coalición que le dio fama y poder (esto último, por cierto, lo constatamos al intentar consultar la página oficial de la alianza, https://unidaspodemos.info/, que ya ni funciona). A su vez, lo de ‘Sumar’ no tiene ni programa ni nada que se le parezca, salvo buenas palabras y una voluntad descarada por pedir dinero, algo que se advierte nada más entrar en su página oficial —además de una foto ridículamente indescriptible de su ‘lideresa’—. Por el otro lado tenemos la facción de Íñigo Errejón, que absorbe por completo al Equo de Inés Sabanés, que nunca llegó a tener representación en el Congreso de forma independiente. El sentido de este partido lo veremos cuando lo comparemos con el Podemos nuclear, cotejando los programas de ambas organizaciones en busca de alguna diferencia que justifique tal cisma (más allá del afán de poder, claro). Ahora sí, repasado ya el contexto del podemismo clásico —donde todavía no estaba Vox en la palestra—, entremos en materia con los programas.

El programa de Podemos lo encontramos en la zona de abajo de la página oficial, dentro de la sección de «Documentos». Allí, en la parte de arriba, lo descubrimos en el menú, donde aparecen tres versiones: el llamado “Programa completo”, el “Programa basado en la Constitución” y el extraordinario “Programa en lectura fácil”. Nos fijamos en Podemos porque la coalición de ‘Unidas Podemos’, al margen de no disponer ya de página, escarbando un poco descubrimos que nunca tuvo un programa en sentido estricto, exceptuando una cosita para la Unión Europea. Vista la diversidad de documentos, y si queremos tomárnoslo con cierta seriedad, debemos atenernos al llamado “Programa completo”, del 10 de noviembre de 2019, que… es un ‘copia y pega’ mal encubierto, al más puro estilo de un estudiante perezoso cuando fusila un trabajo para clase, del texto del 28 de abril de 2019, ya analizado en la nota final de nuestro artículo de 2019. Poco podemos decir, salvo que lo único que cambia en el de las elecciones del 10N es que pasamos de la exagerada y demagógica introducción del de abril a otra versión de la misma cantinela que ni siquiera es totalmente inédita, pues comparte líneas enteras extraídas de la original. Más allá de estos detalles, el programa sigue haciendo referencia al de 2016, del que se dice que sus «propuestas siguen vigentes», ergo… no vamos a perder ni un minuto repitiendo lo ya dicho en 2019, aunque quizá sí 10 segundos. Podemos sigue siendo ese partido socialistoide, exageradamente ecologista, animalista y obsesionado tanto con la moda del ‘género’ como con el feminismo de palo. Todo ello, además, bajo el mantra de ‘que lo paguen los ricos’. Obviamente, están a cosas como fomentar la persecución de los llamados ‘delitos de odio’ y hacer una propaganda pomposa a la par que engañosa. Si a todas estas cuestiones sumamos lo dicho ya en nuestro artículo del PSOE, al que se parece muchísimo en el contenido, y en el de Vox, al que se parece en el continente…, damos la parte de los programas por finalizada, firmando lo mismo que dijimos en el 2019 (y es que, para ser honestos, no hay novedades en Podemos a nivel de programa). Eso sí, aprovechamos ahora para matizar un detalle importante que en 2019 se nos escapó: ¿qué es eso de que un partido socialista, que por coherencia debe ser eminentemente internacionalista, se alíe sin problemas con nacionalistas secesionistas?

Ahora en un tono menos serio, el programa de ‘lectura fácil’ es interesante por una razón muy sencilla: conforma una labor de síntesis y simplificación que puede resultar esclarecedora para confirmar lo que ya comprobamos con análisis más sesudos (sin contar con que realmente notamos que es la fuente para lo que termina viéndose en el Congreso, así como la inspiración de todas sus proclamas). Como aquel vídeo de Vox de un minuto, este programa, en solo 28 páginas, resume muy bien el mensaje de Podemos tal y como este partido acostumbra a repetirlo. Y, además…, tiene unas perlitas divertidísimas. Por ejemplo, consideran que hay tres opciones para votar: a ellos, al PSOE y al resto. El resto son ‘los partidos de Aznar’ —Partido Popular, Ciudadanos y Vox—, que son todos iguales y que quieren llevarnos «40 años atrás en los derechos de las personas». Prosiguen comentando que los «3 partidos tienen las mismas ideas para la economía», que pretenden «darles más ventajas a las grandes empresas y machacar a la gente trabajadora» y que esto «da miedo» —más tarde los llamarán partidos de la ‘extrema derecha’—. Y luego, claro, «frente al miedo, Unidas Podemos da esperanza» a jubilados, a jóvenes, a los que defienden los derechos de las mujeres, etcétera. En fin… Por lo menos definen en el margen de la página lo que es ‘extrema derecha’: aquellos que «creen que unas personas valen más que otras» (lo que nos hace pensar que debemos ser de esta clase de demonios). Más allá de estos disparates, y aunque no queremos alargarnos innecesariamente, no podemos evitar señalar que, en el apartado de ‘Planeta’, comentan que «tenemos que acabar pronto con los gases que contaminan» porque, si no, «el planeta sufrirá de forma grave», y que esto lo dicen «los científicos y los jóvenes que se manifiestan en las calles», poniendo a ambos grupos al mismo nivel. Pero…, claro, esto es normal, porque ellos no creen que unas personas valgan más que otras, no son de ‘extrema derecha’, no dan ‘miedo’ —malo—, ‘dan esperanza’ —bueno—. El programa prosigue y, si te lo tomas con humor, tiene su interés (os recomendamos encarecidamente su lectura si queréis echaros unas risas). Nosotros nos abstendremos de hacer más leña del árbol caído y proseguiremos con el artículo, pero no sin antes dedicarnos al programa de Más País.

En el menú de la web —maravillosa, por cierto, con Íñigo Errejón en primera plana brillando tanto o más que sus preciosos ojos azules— aparecen versiones parciales del programa, algunas con fecha, otras sin ella y un par de documentos temáticos llamados ‘adelantos’. Lo único que encontramos serio, preguntándole a Google, es uno que se llama “Reducido”, que por lo menos no parece parcial y que tiene fecha del 10 de noviembre. Leyendo este programa, ¿qué podemos, con perdón, responder ante la pregunta de qué diferencia existe entre este texto y el de la agrupación morada? Ninguna: todo es igual. Por ejemplo, siguen la moda feminoide sin quitarse la palabrita ‘género’ de la boca, están a favor de los delitos de odio en la medida de sus necesidades, trabajan la parafernalia ecologista climatérica sin descanso, y luego, evidentemente, no se olvidan tampoco de los clásicos: estar a favor de defender muchos derechos y servicios públicos que pagarán ‘los ricos’ (faltaría más). En resumen, no encontramos diferencia alguna, salvo que su color es verde en vez de morado, que sus líderes son distintos y que no se hace referencia al programa de 2016 ni es literalmente un copia y pega chapucero, lo que está bien, pero que tampoco es algo que resuelva en absoluto el problema de ser un partido que defiende las mismas ideas que Podemos (nada envidiables, por cierto). Ergo… ¿qué pretendía Íñigo Errejón con esto de separarse de Pablo Iglesias?

Pasemos al siguiente tema: la presencia de Podemos en las redes sociales. Destacamos, según lo que ellos mismos señalan en su página, que tienen Facebook, con 1.300.000 seguidores; Tuiter, con 1.500.000; Youtube, con 134.000; Telegram, con 23.606; Flickr, con 448; y, como novedad, Reddit, con 29.300 —la web tiene RSS, lo cual demuestra que a Internet llegaron ellos primero—. Si buscamos más allá de la página, encontramos que también tienen TikTok, con 338.700, e Instagram, con 257.000. En cuanto a la tienda, tienen una nada interesante que se encuentra a través de Google —nos quedamos sin nuestra ovejita con bufanda morada—. Hay que reconocer que, en esto de la promoción comercial, el PSOE también manda. Respecto a los vídeos a analizar, nos centraremos en uno titulado “Carta de Pablo Iglesias a los inscritos de Podemos”, del 17 de enero de 2019, y en otro que se llama “LEY SOLO SÍ ES SÍ | No podemos retroceder. El consentimiento no se toca”, del 10 de febrero de 2023. En relación con el de 2019, de entrada diremos que, salvo esta vez, no vamos a comentar la cansina costumbre de esta gente de desdoblar el lenguaje a ratos. Una vez aclarado este punto, nos encontramos a Pablo Iglesias leyéndonos una carta de manera muy íntima, casi al oído, mientras nos reconoce que, al dirigirse a nosotros, está rompiendo por unas horas su permiso de paternidad por una razón muy triste: la traición de Íñigo Errejón en el momento del quinto aniversario de Podemos. Nos confiesa que se ha quedado tocado y dolido con lo de que les hayan dado la puñalada por la espalda con nocturnidad y alevosía. Prosigue comentando que le da vergüenza que su partido sea noticia por estas cosas y que, para él, el proyecto está por encima de cualquier ambición personal, deseándole suerte a sus antiguos compañeros en la construcción de su nuevo partido —con la boca pequeña, eso sí—. Recuerda el éxito de Manuela Carmena en Madrid y reconoce que estaría dispuesto a echarse a un lado en la capital del Reino si así se consiguiera que hubiera un gobierno mejor que los anteriores, aunque sentencia al final que Íñigo no es Manuela y que los auténticos podemitas se van a presentar en todos los lados dispuestos a ganar. Termina comentando algo de un ‘bloque reaccionario’, así como que van a trabajar por defender la dignidad y que quien se levanta tras un golpe es más fuerte que si nunca hubiera sido golpeado. La verdad es que comprendo al antiguo líder podemita: el movimiento de Errejón sería doloroso para cualquiera.

Respecto al vídeo de 2023, nos encontramos la típica pieza propagandística sin alma, porque…, Dios mío…, este vídeo es un buen ejemplo de hasta dónde la mezquindad podemita se puede arrastrar por el mero afán de supervivencia. Comienzan diciendo que lo que algunos quieren conseguir modificando la chapucera y delirante Ley del Solo Sí es Sí es retroceder años de luchas y de conquistas feministas; en sus propias palabras, algo así como «que vuelvan a preguntarte si cerraste bien las piernas, si llevabas la falda muy corta o si estabas borracha cuando te violaron». Prosigue este maravilloso vídeo con la idea de que ir en contra de dicha ley es querer regresar a julio de 2016, cuando ocurrió toda la movida de La Manada y, supuestamente —esto lo matizamos nosotros, dado que no tenemos el tema tan claro—, el juez, al tipificar los hechos como abusos, no condenó justamente una violación; algo que, según el vídeo, no habría podido suceder con esta nueva ley. La pieza continúa agarrándose a esto, además de aportar otras lindezas, exageraciones y casos truculentos, para cargar contra los jueces que ‘no interpretan correctamente la ley’ —así escurren el bulto de las reducciones de condenas a la par que exigen una depuración ideológica en la judicatura—. Porque, claro, el fantasma del patriarcado acecha en busca de que se sigan protegiendo los ‘privilegios’ de los hombres y de que ‘nada cambie’. El vídeo termina con la mujer que locuta —que debe ser la esposa o la prima de alguien, dado que su voz no es nada especial— comentando que no lo van a permitir, que no van «a retroceder esa fatídica noche en un portal durante los Sanfermines» y que, así como «la cultura de la violación ya está fuera de la ley, ahora es el turno de sacarla de sus cabezas». Sin duda, un vídeo ejemplar de lo que puede ofrecer el podemismo hoy; que, en este caso, es la apuesta por cargarse la presunción de inocencia al tiempo que se patrocina la desnaturalización del amor. Y todo ello, además, travestido con aires de lucha obrera y superioridad moral de baratillo mientras se manejan unas ideas que no sabemos si tienen más de pueriles o de totalitarias. En fin: vayamos con Tuiter.

Ahora analizaremos los últimos cinco tuits del día 10 de enero de 2019 respecto a los mismos de 2023. De cara a los primeros, notamos que utilizan muchos emoticonos de palmaditas y a una Irene Montero omnipresente y sonriente. Por lo demás, mucho feminismo monterano y repetir la cantinela de que la ‘extrema derecha’ son todos menos ellos y el PSOE. Utilizan las etiquetas de «#LaVidaEnElCentro» y «#CarreterayManta», el tuit con más comentarios tiene 152 y el que destaca por los retuits asciende a los 529. En cuanto a los de 2023, encontramos que utilizan bastantes menos emoticonos, que siguen con la ‘extrema derecha’ y las cosas feminoides, y que comentan cosas como que un ‘fascista’ fue a El Hormiguero —¿sigue existiendo este programa?—, advirtiendo que se empieza por ahí, o quedando con Ana Rosa, y que se «termina invocando un golpe de estado». De cualquier forma, lo que sí que se nota es que la cosa está menos festiva que en 2019. Y…, bueno, por destacar algo, encontramos un vídeo muy significativo de la reducción, que tantos aprovechan propagandísticamente, de enfrentar a dos bandos: a buenos y a malos (algo que, con muy pocos cambios y más banderas de España, podría valerle perfectamente a Vox). Por cierto: Irene Montero ha pasado de estar en todos los tuits de 2019 a no estar en ninguno de los analizados en 2023. Esto es, cuando menos, curioso… ¿Será porque ya no está Él? Poco queda por decir, salvo que el tuit con más comentarios tiene 489 y que el que tiene más retuis se eleva hasta los 1238. Ah…, y que las etiquetas que usan son «#FeminismoParaTodoElMundo» y «#LaFuerzaQueTransforma».

Llegamos al final de este artículo y sólo podemos recordar lo bueno que era Pablo Iglesias como un macarra de la intelectualidad política, llegando incluso a veces a resultar hasta interesante. Pero, claro, Podemos es lo que es desde el principio de las eras; la diferencia es que, a día de hoy, hasta los cortos e interesados les han visto el plumero y abandonan el barco en busca de nuevas fórmulas, por lo menos en apariencia, que pretenden usar las pasiones de los sugestionables, tener a los propios bien alimentados y vender un sentimiento socialista a los burgueses resentidos. Gabriel Albiac, maestro de Carlos Fernández Liria, lo conocía de primera mano y lo supo ver con claridad. Poco más podemos añadir: este partido ha absorbido a todos los de su entorno, ha influido de manera nefasta en la forma de hacer política y… estamos viviendo en directo su declive, acrecentado por el hecho de que, como los sunitas y chiítas, tenemos la suerte de que están peleados entre ellos, cociéndose en su propia salsa (siendo la película de ‘Sumar’, de Yolanda Díaz, la nueva traición oportunista en la línea de Íñigo Errejón y su Más País: a la caza de buitrear el poco tirón que tiene la formación morada). El problema es que el daño ya está hecho, la política está muy podemizada y cada día sufrimos más sus efectos a través de leyes chapuceras y de la podredumbre de nuestras instituciones democráticas. No sabemos si Podemos terminará con los escaños que tenía Izquierda Unida, si conseguirá pasar el trago cambiando de tono o si la vuelta del mesías Iglesias significará algo, pero lo que está claro es que, a través de otros partidos como Vox o el PSOE, así como mediante la influencia que ejerce sobre el PP, parece que el podemismo ha venido para quedarse.

«En general, nos encontramos con que Podemos ha extremado todas sus anteriores posiciones. Ahora aparecen como más ecologistas, más socialistas y más animalistas; profundizando también más en la demagogia de “género” y en el feminismo de palo. Entre otras muchas cosas, abogan por más cientificismo, más pragmatismo y más multiculturalismo, y optan por una mayor apuesta en relación a los “diversos”. Algunas medidas muy claras que aparecen en este programa, y que no resultaban tan evidentes en el de 2016, son: implantar leyes entorno al «sólo sí es sí” en las relaciones (como si esto no fuera una locura burocrática totalitaria e inhumana), la idea de hacer una “constitución feminista” (como si ésta ya no lo fuera), implantar el blockchain (en castellano: cadena de bloques; sí, el juego de las criptomonedas), apostar por listas cremallera y políticas de cuotas o la maravillosa idea de que la gente a partir de 16 años pueda votar. Sin olvidar, claro está, una mención explícita a la lucha para acabar con el racismo y una propuesta de establecer políticas de “descolonización simbólica”. La guinda del pastel viene de la mano de incluir a los animales en el Código Civil como “seres que sienten.”

En resumidas cuentas, consideramos que el programa de 2019 de Podemos viene a ser el mismo que el de 2016, pero más exagerado».

3 comentarios sobre “Jornada Electoral 2023. Cuarta parte: Podemos (PODEMOS-IU 2023) y Más País (MP-EQUO 2023) Deja un comentario

  1. De momento. Sobre los Podemos no sé que me jode más si la pasta que nos levantan o el tiempo que nos hacen perder y las gilipolleces que nos cuentan. Diría que lo segundo.
    Sobre el escrito. En cuanto tenga ganas y tiempo me lo leo, lo reflexiono y ya te cuento.

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  2. Seré breve y por ello y para ello emplearé mucho mal y mucho bien. Bien el escrito. (Por cierto: Como norma general, lo primero para que un escrito esté bien es que no esté mal). Muy bien el video de Albiac y compañía. (Excepto el coñazo de la intervención del menda del público, esto mal). Bastante bien el libro que me recomendaste «del» Werther «del» Goethe. (Como para hablar de él un rato largo). Y para acabar: No sé qué coño es el feminismo de palo pero no soy curioso. ( No sé si para bien o para mal).

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    • Me alegra que te haya parecido bien el escrito y el vídeo de Albiac (coincido, además, respecto a tu apreciación sobre ‘el menda’). Sobre el “Werther”…, no me arriesgué demasiado con la recomendación, la verdad. El ‘feminismo de palo’ lo definiría como eso que se asemeja al feminismo, pero que termina siendo una pantomima de éste (como puede ser, por ejemplo, una espada de madera respecto a una de acero).

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