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Jornada Electoral 2023: introducción, método y un recordatorio sobre el nacionalismo

Hoy comenzamos nuestro quinto curso con un pequeño artículo de presentación sobre nuestra nueva serie acerca de los partidos que se presentarán a las próximas elecciones nacionales. Dado que tenemos planeado que este tipo de escritos se conviertan en un clásico de nuestra web, recomendamos a cualquiera que no se haya leído nuestra primera aproximación que le dé una oportunidad; sobre todo porque, a la hora de comparar la coyuntura de 2019 con la actual, hay muchas cuestiones que sólo resumiremos o dejaremos apuntadas, pues las ideas ya quedaron lo suficientemente desarrolladas en esa ya citada inmersión en las anteriores elecciones. Dicho de otra manera: vamos a procurar sacar nuevos temas y matices, evitando repetirnos en exceso. A su vez, y para potenciar la propuesta anterior, tenemos la intención de afrontar este trabajo enriqueciendo el campo de análisis, como describiremos más adelante. En cualquier caso, basta ya de presentaciones y metámonos de lleno en materia.

American McGee Presents: Scrapland (2004)

Continuamos con la siguiente gran obra en la que estuvo involucrado, como productor ejecutivo, American McGee. “Scrapland” (2004) es un videojuego desarrollado por los chicos de MercurySteam Entertaiment, que cuenta con Enrique Álvarez a la cabeza de la dirección del proyecto. De entrada, nos sorprende por sus sonidos familiares: no tanto a causa de su doblaje de calidad a la lengua de Cervantes, ni tampoco por el hecho de que el logo de los suburbanos de la ciudad de los robots nos recuerden tan descaradamente al Metro de Madrid, sino porque podemos pronunciar, sin rompernos la boca por el camino, los nombres que aparecen en los créditos. Hoy es el día, para bien o para mal (o tal vez para peor), que traemos por primera vez un videojuego español. Dejémonos de introducciones, y metámonos ya en materia.

Jane Eyre (1847) y sus tantas adaptaciones

Seguimos con el ciclo iniciado de las Brontë, atendiendo a la principal obra de Charlotte, la mayor de las tres hermanas. “Jane Eyre” (1847) es un libro en el que la protagonista nos va narrando su propia vida, desde su infancia hasta, aproximadamente, los 20 años. Esto contiene ciertas peculiaridades, entre las que cabe destacar la alusión al lector que se hace en bastantes ocasiones, capaz de funcionar como guiño y, al tiempo, como una manera de mantener distancia entre la ficción y la realidad. “Jane Eyre” presenta unos personajes tan bien delimitados —con sus luces y sus sombras— como maravillosamente descritos. Además, cuenta con unos diálogos imponentes y de gran contenido filosófico. Sin embargo, lo que más destaca es, sobre todo, la figura protagonista: la propia Jane Eyre. De alguna manera, y por mucho que asistamos a su paso entre la niñez y la vida adulta, si por algo destaca en todo momento es por una madurez digna de mención y por una forma de ser tan peculiar como atrayente. Lo curioso también de este personaje es que, en vez de verle evolucionar a lo largo de la trama, no cambia en exceso, sino que va modulando lo que lleva ahí desde el principio: una compasión sobrenatural, una generosidad ilimitada y, a la vez, una fuerza de ánimo y una sobriedad ejemplares. Conviene señalar ya aquí que, para enriquecer el contenido del libro, de por sí sumamente valioso, vamos también a hablar de las adaptaciones cinematográficas más relevantes que se han hecho de él. En cuanto a películas, consideraremos las de 1934, 1943, 1970, 1996, 1997 y 2011; y, en cuanto a series, las de 1971, 1983 y 2006. De esta forma, intentaremos que nos quede un amplio espectro de esta historia tan sumamente rica en matices, que, aun hoy en día, da tanto que pensar. Sin más dilación, empecemos con ello.