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Etiqueta2019

Las adaptaciones cinematográficas de Juicio y sentimiento (II)

Hoy, tras mucha agonía y haciendo encaje de bolillos, traigo la segunda y última parte de las adaptaciones cinematográficas de “Juicio y sentimiento” (1811). Soy consciente de que en el artículo anterior expresé mi deseo de que este análisis no quedara tan extenso como el que le precede, pero las páginas se han ido sucediendo una tras otra y… me ha vuelto a quedar muy largo. Tengo puestas mis esperanzas en que algún lector acérrimo de Jane Austen lo encuentre ilustrativo y me disculpo ante aquellos a los que no os interesa esta escritora —aunque también me compadezco de vuestra falta de gusto—. Yendo ahora a lo que nos ocupa, aquí os vais a encontrar con una miniserie del año 2008 que es fidedigna y que tiene bastante calidad; con tres versiones modernas, libres y malas de la novela —“Chicas materiales” (2006), “Aroma y sensibilidad” (2011) y “Sense, sensibility and snowmen” (2019)— y, por último, con dos adaptaciones de Youtube, de muy diferente calidad, hechas por jovenzuelos —“Elinor and Marianne Take Barton” (2014-2015) y “Project Dashwood” (2015-2016)—. Visto lo visto, y antes de que me tiréis los trastos a la cabeza, pongámonos ya en marcha.

Nuestra parte de noche (2019)

Hoy vengo a hablar de “Nuestra parte de noche” (2019), la novela escrita por la argentina Mariana Enríquez. La arrastré durante todo el verano; y es que, más que incitarme a la lectura, me provocaba todo lo contrario: querer realizar cualquier otra actividad que no requiriera sumergirme en sus infinitas páginas. Además, confirmo que, por ahora, no he disfrutado de ninguna de las dos obras que he leído que han sido galardonadas con el Premio Herralde: ni de “Farándula” (2015), que me resultó excesivamente farragosa y de la que recuerdo el uso de ciertas palabrejas cuya existencia desconocía completamente (nuevos descubrimientos con los que me divierto, siempre y cuando no respondan a un afán pedante y rebuscado, como creo que es este caso), ni de la que nos ocupa (en cuyo jurado, para más inri, estaba la propia Marta Sanz). Es cierto que las expectativas que tenía puestas en esta novela eran muy altas, pero es que cualquiera al que oía hablar de ella la alababa como si se tratara de la octava maravilla. Y no. Ni de cerca. Para escribir 667 páginas que no resulten repetitivas, aburridas o innecesarias se requiere de un genio que casi nadie posee. Me sobra tanto libro… Lo he terminado por puro orgullo de poder criticarlo con un mínimo de entidad, pero reconozco que me ha costado horrores. Aquí está, en cualquier caso, el humilde resultado de semejante martirio.

Historia de un matrimonio (2019)

Abro este nuevo año con una crítica de una película que tenía pendiente desde que salió, pero a la que hasta hace pocos días no había encontrado el momento —o, quizá, más bien, las ganas— de hincarle el diente. Me refiero a “Historia de un matrimonio” (2019), dirigida y escrita por Noah Baumbach (director y guionista también de, entre otras, “Kicking and Screaming” [1995], “Frances Ha” [2012] o “The Meyerowitz Stories” [2017]; las únicas películas suyas, además de la que trataré hoy, que, por ahora, he visto), y protagonizada por Scarlett Johansson y Adam Driver. Obtuvo muchas nominaciones en la edición de los Oscars de 2020 —incluyendo Mejor Película—; pero, sinceramente, yo no acabo de ver qué es lo que la hizo tener tanto bombo, salvo el buen tándem que forman sus actores principales. De cualquier modo, comencemos ya, a ver si se puede rescatar algo.

Fleabag (2016-2019)

Para cerrar bien este año tan sumamente extraño, me gustaría hablar de una de las series que más me ha sorprendido en estos últimos tiempos, y con la que me he reído, a la par que llorado (un sutil equilibrio que no siempre es fácil de conseguir, dicho sea de paso). Estoy hablando de “Fleabag” (2016-2019), un drama británico, con tintes de comedia, dirigido, escrito y protagonizado por la polifacética y maravillosa Phoebe Waller-Bridge. De ella, también me gusta “Crashing” (2016), en la que ya aparece su capacidad para estar a la altura en las facetas de directora, guionista y actriz; sin embargo, aborrezco bastante “Killing Eve” (2018-), de la que me cuesta entender su fama (es probable que simplemente responda a la tendencia tan extendida de encumbrar a alguien y luego no distinguir entre la calidad de las cosas que hace; pero ése es otro tema, que escapa a la temática de nuestro análisis de hoy, y que ya trataré en algún momento con más profundidad). Volviendo a “Fleabag”, cabe señalar que no es ésta una serie cualquiera, sino una que, aun rompiendo la cuarta pared constantemente, consigue hacerlo con suma elegancia y originalidad. Sin ser una tarea fácil, ya que, en ocasiones, este recurso puede resultar molesto, chapucero o pretencioso; en el caso de “Fleabag”, favorece que la protagonista, tan sumamente expresiva, congenie de una forma muy especial con el espectador desde el minuto uno. Quizá no sea para todos los paladares —hay quienes no conectan en absoluto con su tipo de humor y forma de hacer—, pero creo que, si uno aparca los prejuicios y se deja llevar por esta londinense de treinta y pocos, que anda sumamente estancada en errores del pasado y en pérdidas irreparables, encontrará en ella muchas de las preocupaciones que corroen a toda la especie humana y que son siempre dolorosas de digerir. Dicho esto, comencemos.

Catastrophe (2015-2019)

“Catastrophe” (2015-2019) es una de las series sobre las que más ganas tenía de escribir por aquí. Y, sí, nuevamente, como os podréis imaginar, es otra de mis preferidas. Hacía tiempo que quería volver a ella, para verla de seguido, ya que, en su momento, me fui viendo cada una de las temporadas a medida que las fueron sacando; y, claro, de un año para otro, cuesta hacerse una buena visión de conjunto. En ocasiones, volver a las cosas que a uno le han hecho feliz —así como a los lugares, como ya nos avisó Sabina en “Peces de ciudad”— puede tener sus riesgos, pero también nos permite hacer un análisis más certero y menos sesgado por el momento concreto; el cual, aun siendo relevante, debe tolerar que se le deje de lado —en la medida de lo posible— para ver hasta qué punto la calidad de lo que se juzga es tal o está demasiado contaminada por nuestro estado de ánimo o circunstancia. De hecho, creo que todo aquello que consideramos que tiene valor debe ser capaz de aguantar una segunda lectura o un segundo visionado. Por eso, me alegro enormemente de que “Catastrophe” haya superado la prueba —y, además, con nota—; pues eso también quiere decir que su calidad está por encima de la media, en tanto que, para que no se nos haga pesado soportar el retorno a un contenido audiovisual o literario, una de las condiciones que más ayudan es que no le sobre ni le falte nada, o que los pequeños deslices que pueda tener sean los menos; y esto, ciertamente, no es tan común como parece. Sin más dilación, comencemos ya con el análisis.

Mujercitas (1868-1869) y sus tantas adaptaciones

A raíz del estreno de una nueva versión cinematográfica de “Mujercitas” (1868-1869) —como si ya no hubiera suficientes—, me percaté de que no había leído un libro que había sido tan sumamente adaptado al espacio audiovisual. Por eso, consideré oportuno, antes de ver la nueva película, y al no haber coincidido nunca con ninguna de las otras versiones —lo cual, dicho sea de paso, es sumamente raro dada la frecuencia con la que las han puesto en la televisión—, leer el libro en cuestión y ver qué podía ser aquello que provocaba que se volviera tantas veces a él. En este análisis, por tanto, pretendo ahondar, sobre todo, en el libro, pero también hacer alusión a cuatro de las veces que este clásico literario se ha llevado al cine: en 1933, en 1949, en 1994 y en 2019. A pesar de que también sé que ha sido llevado al formato de las series, dejaré este aspecto de lado para que dicho análisis no se haga excesivamente largo, repetitivo o pesado. 

Seminario Cine y Filosofía. Pensando a 24 imágenes por segundo (Conferencia 2019)

No queremos perder la oportunidad de hablar sobre el seminario que tuvo lugar la semana pasada en la Universidad Complutense de Madrid bajo el título “Cine y Filosofía. Pensando a 24 imágenes por segundo”. En él se incluían quince ponencias, entre las que se encontraba la del profesor Antonio Duarte Calvo, que era, a su vez, el responsable del seminario. Por mucho que a veces resulte interesante, incluso gratificante, mirar al pasado, no hay que descuidar los temas de actualidad; y, sobre todo, al margen de analizar las cuestiones que atañen a la masa, como las elecciones, es significativo, a su vez, analizar de vez en cuando qué se juega en conferencias de nivel, como ya hicimos hace unos meses con Sandel. En este caso, nos encontramos con un grupo de conferencias que han girado en torno al cine y la filosofía a lo largo de tres días: 11, 12 y 13 de este diciembre. De entrada, diremos que ha habido de todo: desde expertos pedantes hasta profesores interesantes, pasando por diferentes grados de mediocridad y algo de brillo y/u originalidad. Pero basta de introducciones. Entremos ya en materia.

La peor parte: Memorias de amor (2019)

Este va a ser el primero de una serie de análisis que versarán sobre dos de las cuestiones que considero más fundamentales: el amor y la muerte. En este caso, ahondaremos en el último libro escrito por Fernando Savater, dedicado a su mujer Sara Torres, que falleció en el año 2015, con 59 años, a causa de un tumor cerebral. El título, “La peor parte: Memorias de amor”, ya nos da una idea de hacia dónde irá dirigido el texto; pero creo que encierra mucho más de lo que podríamos pensar a simple vista. Puede que el hecho de que Fernando Savater sea filósofo tiene parte de culpa de esto; pero, más que todo eso, la ternura con la que escribe sobre su gran amor es la que dota a este libro de una densidad característica y muy meritoria.

Juego de Tronos (2011 – 2019)

Nos encontramos ante una de las series más importantes y con más repercusión de la década. Hay quienes hablan de que estamos ante «La Guerra de las Galaxias» de las series, y no les falta razón. Se ha hablado y se hablará mucho más de «Juego de Tronos», además de que su influencia se notará por muchísimos años. En este sentido, la comparación con la trilogía clásica es evidente, pero me temo que también con la trilogía mediocre que vino después y con el esperpento de los últimos productos de Disney. «Juego de Tronos» nos regaló una de las mejores adaptaciones de una obra literaria al medio audiovisual, en este caso, en forma de serie. Sobre la base de una buena historia de luchas de poder y con unos personajes creíbles, interesantísimos y con mucho fondo, se crea una obra audiovisual con un guion portentoso, una banda sonora de esas que marcan época, y una fotografía y apartado técnico impecable. Estamos hablando, sin lugar a dudas, de las primeras cinco temporadas y del final de la sexta. «Juego de Tronos» en estas temporadas puntúa muy alto; tan alto como «Breaking Bad» o «Utopía», pero con mucha más ambición.

Jornada Electoral 2019: conclusiones

Lo primero que os debemos es una disculpa por traer los últimos artículos de manera tan acelerada. No sabíamos, ni que el juego de los programas se hacía con los de las anteriores elecciones, ni que Pedro Sánchez las iba a adelantar. Esto explica, en parte, que el caos estuviera asegurado. Eso sí, reconocemos nuestra parte de culpa: no empezamos con el suficiente tiempo y, como era de esperar, finalmente nos ha pillado el toro. Han sido entorno a 605 páginas (sólo teniendo en cuenta las de los partidos pequeños), y la verdad es que podríamos, perfectamente, no haber terminado. Al final, no ha fallado la salud y hemos conseguido llegar hasta aquí. La realidad es que poco queda por decir, dado que desde el principio nos hemos posicionado en contra de los igualitarismos abstractos equidistantes (tan en contra, que consideramos que no existen). Para cualquier lector de los anteriores artículos, es evidente que nuestra opinión razonada siempre está presente; por lo tanto, creemos innecesario hacer cualquier tipo de valoración final sobre qué hay que votar. Los que hayáis leído todos los artículos sabréis perfectamente entre qué partidos andamos; por eso no lo vamos a repetir. Además, con este trabajo únicamente pretendemos nutrir vuestro criterio y que votéis con un grado mayor de compromiso. Eso, y ser un ejemplo concreto de que es posible leerse los programas. Si alguien no se fía de nuestro criterio a la hora de interpretarlos, ya sabe lo que tiene que hacer antes de hablar. El voto legítimo es ese que se fundamenta en razones y no en sentimientos. Deseamos pensar que, con la excusa de alguno de nuestros artículos, alguien haya aprendido algo nuevo y hayan surgido acaloradas discusiones.

Los partidos pequeños (II): generalistas (2019)

En este artículo vamos a considerar todos aquellos partidos que parecen generalistas a simple vista. Esto no quiere decir que, a lo largo del mismo, no encontremos alguno que no lo sea, por particularista o por extremo. Quedan fuera Unión de todos (UDT) y Vida y Autonomía (VIA), por no tener ni web. A continuación, vamos a analizar: el Partido Humanista (PH), Por Un Mundo Más Justo (PUM+J) y Recortes Cero-Grupo Verde (RECORTES CERO-GV). En este último partido, vamos a tomar como referente únicamente a Recortes Cero, tal y como en el anterior artículo hicimos con los partidos que iban en coalición con Podemos. Después seguirán: el Partido Libertario (P-LIB), Actúa (PACT), Familia y Vida (PFiV), Juntos Ganamos (JC), Partido Igualdad Real (IGRE), Izquierda En Positivo (IEP) (IZQP), Partido De Acción Solidaria Europea (SOLIDARIA) y Democracia Plural (DPL).

Los partidos pequeños (I): particularistas y extremos (2019)

Después de muchas cavilaciones, hemos conseguido poner orden respecto a los partidos pequeños. En un primer lugar, hemos repasado cuáles, de todos los que existían cuando empezamos este análisis hace ya casi dos meses, tienen una mínima actividad. Han quedado descartados por inactividad: la Coalición Centro Democrático (CCD), Unión Progreso y Democracia (UPYD), el Partido Carlista, el Partido Comunista de España (PCE), Alianza de Centro Democrático (ALCD), Ciudadanos Libres Unidos (CILUS), Respeto, Soluciona, Ahora Plataforma y el Partido de Jubilados por el Futuro. Dignidad y Democracia (JUFUDI). De todas maneras, si alguien tiene especial interés en alguno de ellos, que lo comente en comentarios y le dedicaremos un parrafito como a sus compañeros. Después de esta primera criba, hemos hecho tres grandes grupos: partidos particularistas, partidos extremos y partidos generalistas. Las dos primeras categorías serán tratadas en este artículo, mientras que los partidos generalistas serán tratados en el penúltimo artículo de toda esta serie dedicada a las elecciones. Dentro de los particularistas, se encuentran: Escaños en Blanco (EB), Feminism8 (F8), el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA), Muerte al sistema (+MÁS+) y los dos centrados en la tercera edad: Tercera edad en acción (3e en acción) y Partido Demócrata Social de Jubilados Europeos (PDSJE). Los consideramos particularistas por estar circunscritos a temas muy particulares, como no tomar posesión del cargo, la lucha feminista de palo, el animalismo, destruir el sistema o la tercera edad. Después, analizaremos los extremos: los muy conservadores, los extremadamente conservadores y los comunistas en un sentido general. Dentro de los muy conservadores analizaremos los cuatro de la coalición europea Identidad Española (ADÑ): Falange Española de las Jons (FE de las JONS), Democracia Nacional (DN), Alternativa Española (AES) y La falange (FE). Más tarde, analizaremos la ‘rara avis’ de Falange Auténtica (FA) y, dentro de los extremadamente conservadores, a la candidatura tradicionalista (CTRAD). Terminaremos analizando los partidos comunistas, que también son muchos y que se encuentran enemistados entre sí: el Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE), el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) y el Partido Comunista Obrero Español (PCOE). Por último, terminaremos con los particularísimos: Izquierda Anticapitalista Revolucionaria (IZAR), Equo, Izquierda Unida, Anticapitalistas, y todos los que forman segundas partes en las coaliciones. En cuanto a estos últimos, consideraremos que comulgan con el programa general del partido junto con el que se presentan (en este caso, Podemos); así que, no les dedicaremos más tiempo.