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Mesdiciembre 2022

¿Es tu novia Francisco Franco? Cinco pruebas que lo demuestran

Aprovechando esta fecha tan señalada, y teniendo en cuenta la sequía de artículos de este quinto curso, os presentamos una pequeña reflexión que esperamos que sea de vuestro agrado. No vamos a hablar de alguien que sea «el mal absoluto sin mezcla de bien alguna», tampoco de «un demonio perfecto en su malignidad», ni mucho menos de un tonto cruel sin más. No hablamos de Francisco Franco Bahamonde, como comentó en su momento Quintana Paz, pues quien inspira este escrito no tiene nada de tonta ni de malvada, aunque participa del mismo nivel de sutileza que el personaje descrito por Miguel Ángel. Eso sí, me consta que también tiene mala fama en su propia casa. Nos referimos, por tanto, a alguien bien distinto al dictador español del siglo XX. De cualquier manera, como comentar cosas particulares no tiene demasiado valor, vamos a intentar elevar el sentido de este escrito a lo universal, con la mirada puesta en que a más de uno le sirva para comprobar si su novia es realmente Francisco Franco (quizá no en su literalidad —claro—, pero puede que sí como una especie de reencarnación renovada y mucho más agradable a la vista). Éste va a ser un artículo cortito, aunque no por ello menos esclarecedor; y, dado que somos conscientes de que ésta será la primera vez que algunos de vosotros seréis felices, vamos a hacer una enumeración de las ‘cinco pruebas’ para que nadie se pierda, quede todo cristalino y os podamos ofrecer una satisfacción completa. Hechas ya las introducciones, comencemos.

Las adaptaciones cinematográficas de Juicio y sentimiento (I)

Hoy, después de mucho retraso y de varias catastróficas desdichas, volvemos a la carga con lo que prometimos: la primera parte de las adaptaciones cinematográficas de “Juicio y sentimiento” (1811), la novela con la que Jane Austen se dio a conocer al mundo. Si bien opté por dividir este artículo en dos análisis distintos, precisamente para hacérselo más digerible al lector, no sé muy bien cómo ni por qué su dimensión ha alcanzado cotas mastodónticas, y mira que ni me lo propuse ni lo quería. Me disculpo ya de antemano por el entuerto y deseo que, al menos, como son cinco las películas y miniseries de las que voy a hablar, no se haga demasiado pesado y haya quienes puedan ir directamente a una o a otra sin pasar por el resto; y es que, como acostumbro a hacer en estos casos, he escrito de manera individual sobre ellas, aunque también haciendo referencia a las demás, para que pueda leerse tanto del tirón como separadamente. En cuanto al contenido del artículo, lo que os vais a encontrar son dos miniseries que tratan de ser bastante fidedignas respecto al contenido del libro, la de 1971 y la de 1981; una película, la de 1995, que busca ser una buena y fiel adaptación, aunque lanzándose a veces más allá de la mera literalidad; un libre traslado de la novela a la India contemporánea, bajo el nombre de “I have found it” (2000); y, por último, “Tigre y dragón” (2000), que no es una versión audiovisual del texto de Jane Austen, pero que guarda paralelismos con él, tal y como su director, Ang Lee, el primero en adaptar “Juicio y sentimiento” a la gran pantalla, ha dejado patente en alguna que otra ocasión. Como éste sólo es el primer grupo de cintas, y la división responde a criterios meramente numéricos, será en la segunda parte donde concluiré este análisis conjunto, pues ahí ya habré visto todas las versiones de las que dispongo y podré hablar con mayor conocimiento de causa. Sin más dilación, y dado que el camino va a ser largo, empecemos ya por fin.