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EtiquetaÉtica

Seminario Razones en Movimiento. Cine, argumentación y conocimiento (Conferencia 2022)

Hoy toca una pequeña, pequeñísima, casi ínfima crítica a un evento universitario; más precisamente, de la Universidad Complutense de Madrid. Por la misma razón que tratamos el «Cinefórum “Picture a Scientist” desde epistemologías feministas», y motivados por la buena aceptación del mismo (349 visitas y 16 comentarios), queríamos tratar algo más sobre lo que es capaz de hacer el «Proyecto de Innovación Docente: Filosofía, ciencia y cine. Perspectivas feministas», coordinado por Laura Nuño de la Rosa; proyecto Innova que dio continuación al digno «Filosofía a 24 imágenes por segundo» (https://filosofiaa24imagenesporsegundo.com/), del profesor Antonio Duarte Calvo. Pero, vista la calidad del primer cinefórum, no queríamos repetir con quien no merece la pena, así que nos esperamos a que hubiera un evento, por lo menos en apariencia, menos propagandístico y, a poder ser, con unos participantes diferentes. Pasó el tiempo y tuvimos suerte, dado que el «Congreso “Razones en movimiento” sobre cine, argumentación y conocimiento» —curiosamente anunciado por dos cuentas de Tuiter distintas: @Filosofia24FPS y @filosinnova— parecía una bocanada de aire fresco en comparación con lo que venía haciendo el mencionado «(proyecto 331): Filosofía, Ciencia y Cine: perspectivas feministas». Eso sí, como cada vez vamos siendo más ‘perros viejos’, conviene analizar el contexto, quién hay detrás, etcétera, para cribar y evitar dedicar nuestro tiempo a aquello que sencillamente no vale nada —sobre todo ante la falta de recomendaciones autorizadas—. Comencemos.

Star Trek: La conquista del espacio (1966-1969). Sexta parte: Conclusión

Terminamos hoy con nuestro repaso del clásico de la ciencia ficción de la televisión estadounidense trayéndoos lo que consideramos que es su núcleo más íntimo. Este trasfondo se encuentra tras varios niveles de abstracción metafórica. En un principio, le pasa un poquito como a “Blade Runner” (1982), dado que, como ya mencionamos en nuestro artículo sobre “Viaje a la Luna” (1902), al margen del misterio sobre la metáfora que nos presentan mediante el género —la cual dejaremos para el final—, Star Trek toma muchos elementos de las series policíacas o de suspense, y es que es frecuente encontrarnos siempre un enigma por resolver. Sin embargo, detrás del nudo habitual de cada episodio, las aventuras de la tripulación del Enterprise esconden un giro más: realmente están ocultando la verdadera historia que Gene Roddenberry nos está sugiriendo y que va más allá de cuestiones superficiales fácilmente detectables, como lo son la reflexión sobre la figura del hombre de acción respecto al intelectual y la comparación entre tomar una actitud emocional o racional a la hora de afrontar las encrucijadas de la vida, algo que viene introducido a través de los tres tipos humanos distintos: el líder, el científico y el médico. Todos estos temas ya los hemos tratado a lo largo de los artículos anteriores, así que tampoco vamos a pararnos demasiado a repetir que propone una defensa de Occidente mediante un ensayo sobre su posible evolución futura, como ya vimos en el artículo que le dedicamos a la primera temporada; donde también recordamos que las cuestiones del amor, la verdad y la belleza o la compasión, el deber y el sacrificio son capitales —siendo Star Trek, en este sentido, diferente al ciberpunk, pero tampoco contraria, dado que el enfoque no es idealista, sino crítico, aunque sin llegar a caer en el pesimismo—. De cualquier modo, estos asuntos, si bien sirven al conjunto, se encuentran en la mera superficie, lo que provoca que sólo adquieran su verdadero sentido cuando comprendemos el significado de la metáfora de la ciencia ficción en este caso concreto. Pero como no estaría completo este análisis si no comentásemos, antes de adentrarnos más allá, qué es eso de “Star Trek: La serie animada” (1973-1974) y las películas que vendrán después, vamos a ponernos primero con ello. No nos enzarcemos en exceso con las presentaciones y comencemos ya.

Star Trek: La conquista del espacio (1966-1969). Cuarta parte: La segunda temporada (1967-1968)

Seguimos con nuestra primera aproximación a lo que es, y fue, Star Trek, centrándonos hoy en la segunda temporada de la serie original. Como valoramos vuestro tiempo y, curiosamente, este tercer curso coronavírico está siendo el más pesado —algunos se preguntarán «¿de qué estás hablando?»—, vamos a intentar practicar la síntesis, para felicidad de todos. En esta línea, nos centraremos en las diferencias respecto a la primera temporada, dado que los capítulos se estructuran igual, el contexto es el mismo y los personajes repiten. Como novedad, eso sí, nos encontramos ante la definitiva ausencia de la secretaria y asistente del capitán, Rand —dejando inconcluso su arco romántico—, y la inclusión de Chekov (siendo este cambio una pista muy significativa del inminente ocaso de la serie). Pero, antes de liarnos, demos esta pequeña introducción por terminada y metámonos de lleno con este humilde análisis.

Mass Effect (2007-2012)

Apurando hasta el final, por fin llegamos a este artículo. Lo primero que debemos comentar es por qué se ha retrasado tanto y, lo más molesto de todo, las razones que hay detrás de que no sea lo que teníamos previsto. Antes de empezar, os avisamos de que esto no pretende ser más que una introducción corta a la coyuntura que ha condicionado el trabajo que irá adjunto, el cual será muchísimo más largo. La razón de esto es que todo lo que se podía decir, sin entrar a destripar la historia, ya lo hemos dicho, y todo lo que se puede decir más allá, aun siendo un resumen muy sucinto, rompe el límite máximo asumible para cualquier entrada de una página web (por mucho que la nuestra asuma una extensión media suicida). Hechas estas puntualizaciones, comencemos.

Feminismo en el siglo XXI. Décima y última parte. Apuesta por el feminismo como consecuencia de un sistema universal materialista, crítico y radicalmente conservador. Ventajas y problemas

Terminamos hoy con esta serie sobre el feminismo con un artículo que no pretende ser nada más que un pequeño resumen informal de todo lo dicho. Por lo demás, la conclusión ya había empezado en el octavo artículo, encontrándose su ábside en el noveno. En resumen: este escrito no tiene por intención aportar ninguna otra cosa diferente a las cuestiones tratadas hasta ahora, aunque sí busca presentar una última reformulación de lo que es el feminismo, ensayada ya, por lo menos, unas cuatro veces desde que comenzamos este pequeño decálogo de más de 243.000 caracteres, sin contar los trabajos anexos (que sumarían alrededor de 178.000), dando un total equivalente a unas 155 páginas. Evidentemente, entre tanto texto, habrá más de un error que iremos descubriendo con los años, pero os aseguramos que no serán de importancia de cara a la definición y a lo que hemos podido extraer de ella. Como bien subrayamos en el anterior capítulo, hemos encontrado cuestiones de fondo mucho más importantes y significativas que trascienden el feminismo; y una de ellas, fundamental, es el gran presupuesto, no sólo de esta argumentación, sino de todas las que veréis en esta página web: la cuestión de la naturaleza. Si nos aceptáis este sencillo presupuesto, nuestras reflexiones serán todo lo sólidas que un mortal puede pretender en vida; en cambio, si os cuesta comprender tal noción o, sencillamente, os parece un delirio atávico superado hace centurias… Comencemos.

Feminismo en el siglo XXI. Novena parte. Voces disidentes en el panorama intelectual actual. La trampa del mal llamado liberalismo y el peligro del pragmatismo

Dado que el final de esta serie de artículos se va acercando, nos parece oportuno, antes de cerrar, dar un repaso a las diferentes corrientes que, poco a poco, han ido haciendo resistencia ante los excesos de los que abusan de la palabra «feminismo», corrompiendo su sentido para hacer propaganda. En tanto que analizar dichas corrientes en forma y fondo implicaría, como mínimo, dedicar un artículo entero a cada una, vamos a optar por presentarlas a través de sus representantes más mediáticos. Como hemos ido viendo, las cuestiones principales de fondo están claras desde hace ya bastantes décadas, lo que favorece que aquello que genere mayor interés sean, más bien, las diferentes estrategias de contrapropaganda, aunque también las motivaciones que hay detrás de ellas. Estos movimientos, que bien podrían haber florecido muchísimo antes, no lo hicieron hasta 2018, a saber, cuando el feminismo acrítico estaba llegando a sus límites más absurdos; y esto, como veremos más adelante, tiene su sentido. Comencemos.

Feminismo en el siglo XXI. Octava parte. Los responsables de la decadencia de la doctrina feminista y su absorción en la ideología de género. Nacimiento del feminismo indefinido o acrítico

Dado que nos vamos acercando al final de esta serie de artículos sobre el feminismo, con este escrito comenzaremos ya a meternos de lleno en las conclusiones. Dentro de éstas, que nos van a tener ocupados a lo largo de tres partes, las dos primeras abordarán la situación actual respecto a la cuestión, mientras que la última pretenderá hacer un balance de todo lo dicho, para sembrar las bases de una nueva teoría feminista. En este primer escrito, nos centraremos en definir y comprender las razones que han dado lugar a la situación de franca decadencia del feminismo a la altura de nuestros días —en esta línea, recomendamos, sobre todo a aquellos que no vengáis frescos de leer la serie desde el principio, volver a la tercera, cuarta y séptima parte—; y, en el que vendrá después, analizaremos, señalando tanto sus puntos fuertes como sus problemas y debilidades, las opciones que ahora mismo ofrecen, a través de la crítica, la mayor resistencia a la coyuntura que acabamos de señalar. Sin más dilación, vamos a aprovechar la inercia de tener todo lo fundamental bien dicho y repetido, para centrarnos ahora en pulir, en la menor cantidad de palabras posibles, las ideas fundamentales que hemos querido mostrar a lo largo de esta serie de artículos. Comencemos.

Feminismo en el siglo XXI. Séptima parte: situación objetiva, material y formalmente efectiva de la mujer en el momento actual

Vamos a dedicar este séptimo artículo de reflexión sobre el feminismo para cerrar el repaso histórico, centrándonos esta vez en la coyuntura actual. Repasaremos la situación de la mujer en los tiempos que corren, atendiendo tanto a la dimensión formal como a la material. Por el lado formal, encontraríamos las leyes, los sistemas educativos, las tendencias artísticas y, en general, la moda y el marco teórico popular del nuevo siglo. Esto no tiene demasiado misterio en Occidente —y, en este punto, recomendamos volver a repasar los primeros artículos de esta serie—; pero, con todo, vamos a hacer un repaso global para analizar hasta dónde se ha occidentalizado el mundo. En cambio, por el lado de lo material, deberíamos fijarnos en la situación particular fáctica de la vida de mujeres individuales, para lo cual son especialmente útiles los diferentes estudios estadísticos al respecto. De hecho, vamos a centrarnos en dos de los más famosos en estas materias, y que aúnan, al mismo tiempo, la visión material y formal: el “Women, Peace and Security Index” (2019-2020), de Naciones Unidas, y el estudio del Banco Mundial “Mujer, Empresa y el Derecho” (2020). Para acortar el análisis, atenderemos a los 25 países con mayor PIB, mayor PIB per cápita, mayor población y mayor IDH. De esta manera, iremos viendo cómo se modulan las puntuaciones tanto del WPS, cuyo planteamiento establece que, cuanto más cerca del primer puesto, mejor —respecto a 167 posiciones—, como del MED, donde la mejor calificación sería la de 100 puntos. Todo esto, además, se hará reparando también en el lugar y en el alineamiento político y religioso. Pero, antes de ponernos a dar la vuelta al mundo varias veces, hay que puntualizar un par de detalles respecto al enfoque de los estudios. Comencemos.

Mass Effect 3 (2012)

Llegamos a la tercera, última y mejor parte de esta trilogía con la certeza de que, si habéis atendido a nuestra persuasión, y habéis jugado a los anteriores, a partir de este punto no necesitaréis demasiadas motivaciones externas para terminar. Con todo, hay un par de cuestiones generales que habría que apuntar para todos aquellos que, por causalidad, leáis primero este escrito y queráis saber de qué va la vaina. También es preciso comentar qué ha pasado en los compases iniciales —a saber, en la primera media hora—, y hablar sobre un par de detalles técnicos respecto al estado de conservación a nivel de ejecutable. Y, sí, ciertamente nos hemos curado hasta ahora de no destripar la historia; delicadeza que mantendremos también en este artículo, pero que romperemos de cara al siguiente, donde nos centraremos en estos menesteres. Sin más dilación, comencemos.

Una habitación propia (1929)

Me ha bastado leer “Una habitación propia” (1929) para darme cuenta de que me interesa muchísimo más la Virginia Woolf ensayista que la de “La señora Dalloway” (1925). Lo más probable es que sea porque me resulte más sugestiva ella como persona que sus personajes abocados a un flujo de conciencia continuo. De hecho, su estilo aquí es mucho más directo, y las múltiples divagaciones que hay a lo largo del mismo resultan, en su mayor parte, pertinentes, sin caer casi nunca en lo trivial o en cansinas recreaciones descriptivas. En este texto, Virginia Woolf no escatima en elogios cuando debe, pero tampoco en críticas cuando la ocasión lo merece. Y, por eso, entre otras cosas, tiene tan buen ritmo y se lee con tanto interés: porque nunca se queda en la superficie, sino que profundiza más allá de lo que se ha dicho sobre los temas que trata (las mujeres y la novela); y, encima, lo hace con un estilo muy particular y cuidado (son ya conocidas sus apreciaciones o comentarios puestos entre rayas). Así pues, hecha ya esta pequeña introducción, veamos qué cabe destacar del libro que nos ocupa.

Feminismo en el siglo XXI. Sexta parte. El auge y la realización del feminismo: siglos XIX y XX. Y una adenda sobre los toros y la ignorancia

Un día más, nos vamos a adentrar en la cuestión feminista; esta vez con especial intención de cerrar el repaso histórico de los siglos XIX y XX. Nos encontramos ante una de las etapas más interesantes dentro del desarrollo humano, aunque sólo sea porque se nos presenta el mundo de ayer y el de esta misma mañana. Todo lo que somos ahora tiene su origen directo en los acontecimientos de estos dos siglos y, en cuanto al tema de la situación de la mujer, es en este momento donde se lucha y conquista en Occidente la igualdad de derechos y oportunidades. Al mismo tiempo, hay que destacar que también es el momento del florecimiento de la industrialización, del auge del mercantilismo y de la sociedad de consumo; y, evidentemente, se puede establecer una relación directa entre la evolución productiva y social que llevaría aparejada la emancipación de la mujer, por la simple necesidad de más mano de obra, que se va volviendo cada vez menos dependiente de la fuerza natural del varón. Teniendo esto claro, vamos a centrarnos en un hecho material y objetivo determinante a la hora de procurar la igualdad de oportunidades —y condición necesaria para una lucha de este tipo—, a saber, la evolución de la alfabetización de la mujer y su educación, en un país promedio en esta época, como es España; y, a la vez, repasaremos derechos fundamentales que se van concediendo a las damas en los lugares más significativos dentro de la Cristiandad, destacando por el camino otros hechos y figuras relevantes. Hay mucho que cortar. Comencemos.