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EtiquetaEditorial

Repaso del curso 2021-2022 y… ¡nos vamos de vacaciones!

Llegamos al final del cuarto curso trabajando en Zoonpolitikon.blog y tenemos que reconocer que, sin duda, ha sido la etapa más dura hasta la fecha dentro de este proyecto. Con todo, hemos conseguido escribir 32 artículos y superar la cifra de 6105 visitas, lo cual es un 32% más que el tercer año. A su vez, si miramos el número de visitantes, nos encontramos con más de 1071, lo que implica —si la dislexia nos lo permite— un aumento del 26% respecto al año pasado; así que no nos podemos quejar del crecimiento. Por artículo, al final del día, nos quedamos aproximadamente con 190 visitas y 33 visitantes; teniendo, de media, 21 visitas al día, de la mano de 3 visitantes. Desde luego que no son números comercialmente rentables, pero a nosotros nos sirven para levantarnos cada mañana. También nos ha hecho mucha ilusión tener 91 comentarios, que son un 78% más que los del curso pasado. Hablando ya de entradas particulares, el ganador ha sido nuestro artículo “Cinefórum “Picture a Scientist” desde epistemologías feministas (Conferencia 2021)”, con 353 visitas; provocando, a su vez, el mejor día y mes históricos. Le siguen, por detrás, pero no por ello con menos importancia, “Cumbres Borrascosas (1847) y sus tantas adaptaciones”, con 265, y “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas (1865)”, que alcanza las 241. Tenemos los datos; ahora, interpretémoslos.

Sobre el fracaso (II)

A estas alturas de abril, y estando ya hoy en el último día del mes, quizá muchos —siendo optimistas— sospechabais que algo ocurría; y es que, de los tres artículos habituales, no ha salido ninguno. Estabais en lo cierto. Este mes, por su idiosincrasia particular —que fundamentalmente se caracteriza por contener la Semana Santa y faltarle el último domingo—, ya de entrada iba a constar solamente de dos publicaciones, pues teníamos previsto pasar la tercera al 1 de mayo. La cuestión es que se han juntado (y en este punto sólo puedo imaginarme la ficción de un meteorito impactando contra la Tierra, pequeño, pero no insignificante), en un contexto de pandemia, problemas personales, familiares, laborales y de salud que se remontan, como poco, a septiembre, junto con un par de nuevas complicaciones de índole similar que han provocado que una parte importante de nosotros pinchara durante 15 días —encontrándose dicha fracción aún convaleciente—. En esta situación, y dadas las circunstancias, no nos ha quedado más remedio que tomar medidas, atrasar los artículos de abril a mayo y reducir las expectativas respecto a la profundidad de los mismos (cosa que, mal que nos pese, ya estábamos haciendo, si bien en menor medida, desde principios de curso). Esto no pretende ser nada más que un comunicado informativo, así que vamos a dejarlo aquí. Os ofrecemos nuestras disculpas por nuestra falta de capacidad a la hora de conllevar correctamente la adversidad. Intentaremos aprender de lo ocurrido. Nos vemos, si no se acaba el mundo antes, en mayo —que quede esta miniatura de artículo como otra cicatriz de nuestro fracaso—.

Repaso del curso 2020-2021 y… ¡nos vamos de vacaciones!

Llegamos al final del tercer curso trabajando en Zoonpolitikon.blog en unas condiciones que no vamos a ocultar que han sido un poco duras. Con todo, hemos conseguido escribir 30 artículos y superar la cifra de 4604 visitas, lo cual es un 255% más que lo alcanzado durante el segundo año. Además, si miramos el número de visitantes, nos encontramos con más de 847, lo que implica —si la dislexia me lo permite— un aumento del 338% respecto al año pasado. Así que, a pesar de todo, hay que reconocer que el esfuerzo de este curso ha dado sus frutos. Por artículo, al final del día, nos quedamos aproximadamente con 153 visitas y con 28 visitantes. También nos ha hecho mucha ilusión tener 51 comentarios. Hablando ya de artículos particulares, el ganador ha sido “La peor parte: Memorias de amor (2019)” —que, aun perteneciendo al curso anterior, ha destronado, al fin, a “Seminario Cine y Filosofía. Pensando a 24 imágenes por segundo (Conferencia 2019)”—, con 205 visitas; provocando, a su vez, el mejor día y mes históricos. Le siguen por detrás, pero no por ello con menos importancia, “Jane Eyre (1847) y sus tantas adaptaciones”, con 150, y “Un par de ideas sobre lo fascista, lo comunista, lo progresista y lo liberal para evitar la propaganda: la mal llamada ‘izquierda’ y ‘derecha’ a la altura de los años 20 del siglo XXI”, con 116 —porque mi infinita humildad no me permite presumir de que el delirio de mi página biográfica haya tenido 124—. Tenemos los datos; ahora, interpretémoslos.

Sobre el fracaso

Hoy deberíamos estar hablando de la historia de “Mass Effect” (2007-2012) a través de un trabajo pormenorizado sobre la misma. Sin embargo, no ha podido ser, por una serie de pequeñas cosas que han ido entre regular y mal, y que, sumadas todas ellas, nos han llevado a tener que reconocer que era imposible cumplir con nuestro compromiso con la calidad y poder llevar a término el artículo que teníamos previsto hacer, que quedará finalmente postergado hasta junio. Lo que hoy toca, más allá de entonar el «mea culpa», es un intento de compensar este error con una sucinta reflexión que deseamos que, de alguna manera, sirva para llenar el pozo que hoy se abría. Vamos a hacer de la necesidad virtud y a dar un par de ideas sobre un riesgo que persigue a todo hombre desde su nacimiento hasta su muerte: el hecho de que puede fracasar. Mejor dicho: que lo más probable, para cualquiera que intente algo, es que termine fracasando. Y ya que hemos sufrido un ligero fracaso, por lo menos aprovechémoslo para reflexionar y sacar algo en claro. Comencemos.

Un par de ideas sobre lo fascista, lo comunista, lo progresista y lo liberal para evitar la propaganda: la mal llamada ‘izquierda’ y ‘derecha’ a la altura de los años 20 del siglo XXI

La gran mayoría de nuestros artículos, desde que son concebidos hasta que se terminan de escribir y de repasar, suelen tener un ciclo de trabajo de unos dos años. Como es comprensible, se van desarrollando en paralelo y evolucionan, pasando por diferentes fases de estudio y escritura, y quedando algunas veces congelados, a la espera de nueva inspiración, o sirviendo como base para otros escritos. Por lo demás, salvo que haya una razón de peso, como unas elecciones nacionales o una pandemia global, o… un pretexto suculento, como una buena exposición o simposio, procuramos tomar una distancia contemporánea respecto a la actualidad, como mínimo, de un año, procurando empujar ese límite a 10, para asegurar una buena perspectiva y para poder comprender mejor la relevancia de la cuestión a tratar. Este caso, que lleva cociéndose unos cinco años, versa sobre una mala costumbre que se viene explotando desde hace más de 80 años; aunque cabe destacar que, desde finales de la primera década del siglo XXI —si bien algunos dirán que ocurre desde 2004—, se está produciendo un repunte claro de este tipo de prácticas, que se han exacerbado, a partir de 2015, hasta llegar al punto que venimos aguantando durante estos tres últimos años. Cualquiera que se haya movido un poco, y atrevido a pensar por sí mismo con un mínimo de radicalidad en las dos últimas décadas, lo habrá sufrido. Muchos de nosotros hemos sido tachados tanto de fascistas como de comunistas, pasando por el socorrido «anarquista» o el exagerado «terrorista». Lo que está claro es que ser de la ‘cáscara amarga’ o la ‘oveja negra’, según familia o situación, puede significar ser ‘facha’, ‘rojo’, ‘libertino’ o lector de Schopenhauer. De esta coyuntura vamos hoy a dar un par de ideas, que servirán para desbrozar la parte ‘sociológica’ del asunto —recordemos que, parafraseando al profesor Maestre, este saber es el que estudia, si la sociedad fuera un barreño caliente, la espuma que flota—, para tener dicho jardín lo más limpio posible y poder meterles mano de lleno, en otros artículos, a cuestiones que versen sobre las diferentes ideas, doctrinas, teorías y etapas históricas que se suelen prostituir para hacer propaganda. Comencemos.

Sobre el anonimato en general, y a la altura de los tiempos internáuticos en particular

Hoy toca una pequeña reflexión, con cierto interés en general, aunque con especial relevancia para todos aquellos que dan el paso de actuar en Internet. Hace unos años estuvo muy de moda la cuestión en torno a los insultos, las ofensas y las amenazas en la Red, existiendo un sector de defensores de la idea de asegurar la identificación a la hora de escribir, por ejemplo, en Tuiter. Esto, a priori, podría parecer funcional, dado que el paisanaje más tosco se suele esconder detrás de un seudónimo para decir barbaridades que nunca diría en la vida analógica. Pero, como toda solución fácil…, resulta demasiado simple; escondiéndose detrás de ella peligros que no sólo destruirían la gracia del mundo internáutico, sino que, de facto, y teniendo en cuenta la importancia de este medio de comunicación, provocarían también armar de herramientas muy eficaces a los movimientos que juguetean con maneras totalitarias. Al mismo tiempo, creemos que es de recibo que todo hombre que se anime a hacer una página web como ésta, o parecida, dé razones de por qué ha tomado una determinada decisión al respecto. Por ello, ahí van las nuestras.

Feminismo en el siglo XXI. Primera parte: una incipiente aproximación en busca de la cifra

El temita de moda. Quizá los más fieles se hayan dado cuenta de que, desde nuestros inicios, allá por el curso 2018-2019, el feminismo es un tema que sólo hemos tratado de manera colateral. Esto es una anomalía, teniendo en cuenta el carácter eminentemente crítico de este blog con la situación actual; y, por eso, consideramos necesario señalar que la elección de no meternos de lleno hasta ahora no ha sido casual. La idea germinal de lanzarnos a escribir en la red ya había tomado forma el curso anterior, empezando a moldear los mimbres de esta web en enero de 2018. Las razones que nos llevaron a ello son muchas y variopintas, pero una de las más poderosas era la palmaria decadencia de los medios digitales bajo una influencia angloamericana de fondo pragmatista, superficie posmoderna y adorno progresista —todo esto, en los sentidos más indefinidos y acríticos de las palabras—; siendo la vanguardia de todo aquello, a través de la ‘podemización’ de la sociedad, la moda creciente de un feminismo cada vez más indefinido y acrítico, argamasado con la teoría queer en un pastiche propagandístico que se conoce habitualmente como la «ideología de género». Nuestro proyecto caminaba con calma filosófica hasta que nos dimos cuenta de que ese mismo año, al igual que estallaba esta influencia, estaba produciéndose una reacción contraria, la cual nos provocó adelantar los planes y… Bueno, creo que empieza a ser conveniente dar un poquito de contexto. Empecemos.

Repaso del curso 2019-2020 y… ¡nos vamos de vacaciones!

Llegamos al final del segundo curso trabajando en Zoonpolitikon.blog en unas condiciones que nunca hubiéramos firmado a principios de año. Con todo, hemos conseguido escribir 30 artículos y superar la cifra de 1800 visitas, lo cual es un 5% más que el primer año. «La vida es dura, pero más dura es la verdura», pensaréis; y, en parte, tenéis razón. Si miramos el número de visitantes, nos encontramos más de 250; lo que implica —si la dislexia nos lo permite— un aumento del 150% respecto al año pasado. Por artículo, al final del día, nos quedamos aproximadamente con 30 visitas y 8 visitantes. También nos ha hecho mucha ilusión tener nuestros primeros comentarios. Hablando ya de artículos particulares, el ganador absoluto ha sido nuestro famoso artículo sobre el “Seminario Cine y Filosofía. Pensando a 24 imágenes por segundo (Conferencia 2019)”, que él solito aglomera 72 visitas; provocando, a su vez, el mejor día y mes del año, y atrayendo interés hasta el día de hoy. Siguen muy por detrás, pero no por ello con menos relevancia, “Love (2016-2018)”, con 37, y “COVID-19. Primera parte: cuatro ideas sobre el coronavirus chino y la imbecilidad humana”, con 24. Tenemos los datos; ahora, interpretémoslos.

Repaso del curso 2018-2019 y… ¡nos vamos de vacaciones!

El tiempo vuela… empezamos en otoño de 2018 y ya nos encontramos en verano de 2019. Un curso entero. Después de todos estos meses, y antes de tomarnos unas merecidas vacaciones, conviene hacer un pequeño balance de todo lo que hemos conseguido. Han sido 26 artículos, casi 900 visitas y más de 100 visitantes a lo largo y ancho de nueve países. Esto quiere decir que, de media, nuestros artículos han recibido 34 visitas por parte de 3 visitantes; siendo también cierto que las visitas se han concentrado en un puñado de artículos, capitaneados por nuestra crítica al programa político de Vox, seguido por el análisis de Ciudadanos y el artículo Una apuesta por la duda. Resulta evidente que no son unos números que asusten a nadie ni que permitan subsistencia alguna; pero, teniendo en cuenta lo revolucionario (casi suicida) que implica crear un blog de estas características en la coyuntura de finales de 2018, creemos tener razones para estar contentos. También es verdad que, como suele ocurrir con cualquier nueva empresa, no han faltado los contratiempos y los retrasos; siendo este artículo un ejemplo más de esto. En septiembre pretendemos volver con fuerzas renovadas e ideas frescas, intentando ser más ordenados y tratando de conjugar de la mejor manera posible la vida habitual con todo lo que aquí se juega.

¿Por qué Zoon politikón?

La respuesta corta es sencilla: se podría decir sin miedo que somos un animal que habla, o, mejor dicho, que ningún animal salvo nosotros habla. Por tanto, no es difícil argumentar a partir de aquí que, de esta capacidad que sólo nosotros tenemos, dependen todas las facetas y cuestiones de lo humano. Pero claro, la respuesta corta, aun evidente y digna de mención, visto el envilecimiento de nuestros días resulta falta de profundidad, por lo que intentaremos ahondar un poco más en el tema a modo de primera aproximación.