Alice: Madness Returns (2011)
«Aunque su estado anímico pasaba del descorazonador pesimismo a la feroz cólera o a la calma segura, pasando por momentos de felicidad extrema y dulzura puras, había esperanzas».
En la crítica está el gusto.
«Aunque su estado anímico pasaba del descorazonador pesimismo a la feroz cólera o a la calma segura, pasando por momentos de felicidad extrema y dulzura puras, había esperanzas».
Hablamos hace un tiempo de “Timeline” (2000), la primera obra ludófila en la cual American McGee tiene un cargo significativo. Como concluimos, ése era un videojuego literalmente malo, y abducimos la hipótesis de que podría ser que la mayor parte de sus fuerzas se estuvieran centrando en el que hoy nos ocupa. Ahora toca comprobar empíricamente si estábamos o no en lo cierto. Tomando como referencia indirecta el libro de Lewis Carroll, le da un giro de pesadilla al sueño de Alicia, explorando un tono mucho más oscuro y siniestro, que, en algunos de sus capítulos, toma elementos de la estética steampunk retrofuturista. Esta historia guarda un agradable lugar en mis recuerdos de juventud, así que, en este artículo, vamos a comprobar hasta dónde una intuición, guiada por la memoria y la nostalgia, es certera. Sin más dilación, comencemos.