Mass Effect 3 (2012)
Llegamos a la tercera, última y mejor parte de esta trilogía con la certeza de que, si habéis atendido a nuestra persuasión, y habéis jugado a los anteriores, a partir de este punto no necesitaréis demasiadas motivaciones externas para terminar. Con todo, hay un par de cuestiones generales que habría que apuntar para todos aquellos que, por causalidad, leáis primero este escrito y queráis saber de qué va la vaina. También es preciso comentar qué ha pasado en los compases iniciales —a saber, en la primera media hora—, y hablar sobre un par de detalles técnicos respecto al estado de conservación a nivel de ejecutable. Y, sí, ciertamente nos hemos curado hasta ahora de no destripar la historia; delicadeza que mantendremos también en este artículo, pero que romperemos de cara al siguiente, donde nos centraremos en estos menesteres. Sin más dilación, comencemos.