Saltar al contenido

Mesnoviembre 2019

La peor parte: Memorias de amor (2019)

Este va a ser el primero de una serie de análisis que versarán sobre dos de las cuestiones que considero más fundamentales: el amor y la muerte. En este caso, ahondaremos en el último libro escrito por Fernando Savater, dedicado a su mujer Sara Torres, que falleció en el año 2015, con 59 años, a causa de un tumor cerebral. El título, “La peor parte: Memorias de amor”, ya nos da una idea de hacia dónde irá dirigido el texto; pero creo que encierra mucho más de lo que podríamos pensar a simple vista. Puede que el hecho de que Fernando Savater sea filósofo tiene parte de culpa de esto; pero, más que todo eso, la ternura con la que escribe sobre su gran amor es la que dota a este libro de una densidad característica y muy meritoria.

Sobre las cartas de propaganda electoral (10N 2019)

Tras leer las cinco cartas de propaganda electoral que inundan estos días las casas de todos los españoles, me he decidido (contra lo ya dicho en septiembre, pero sin que sirva de precedente) a volver durante unas horas a la actualidad y matizar nuestra opinión al respecto. Evidentemente, lo fundamental no ha podido cambiar en los últimos seis meses y, si alguien quiere un análisis más pormenorizado, nos seguimos remitiendo al grupo de artículos donde analizamos todos los programas políticos. Teniendo en cuenta lo anterior y tras la lectura de dichas cartas, es cierto que se nota con claridad las cuestiones que cada partido cree fundamentales, tanto en el propio contenido de la carta como en el diseño del sobre, lo cual es realmente significativo. En este sentido, y aplicando los conocimientos que destilamos de la lectura de los programas, vamos a repasar muy rápidamente cada una de las cartas, destacando sus puntos fuertes y flacos, a la vez que intentamos discernir en qué se diferencian sustancialmente (si se diera el caso). Tenemos los cinco sobres: los barajamos con los ojos cerrados y vamos cogiendo uno a uno al azar hasta el último (esto requiere que pongáis un poquito de fe en nosotros). El orden del análisis es el siguiente: PSOE, Podemos, Ciudadanos, PP y VOX.

La mujer en la luna (1929)

Nos encontramos en la segunda mitad de los años 20 del siglo pasado: “El acorazado Potemkin” es cosa del pasado, “Metrópolis” tiene ya dos años y la incipiente industria cinematográfica no deja de crecer. Mientras Estados Unidos se recupera de la Primera Guerra Mundial con una impostada alegría, en el centro de Europa se vive una crisis de posguerra. Entre tanto, nos encontramos en un periodo de florecimiento intelectual y artístico muy claro, tanto para lo bueno como para lo malo, pues incluso las mejores ideas, pensadas con las mejores intenciones por parte de la gente más capaz y culta que ha dado la humanidad, pueden chocar con la realidad; una realidad que, para más dificultad, se complica por momentos. Es un tiempo donde los grandes cineastas de la historia del cine aún están en sus países de origen, la censura todavía no domina Hollywood y el arte cinematográfico está plenamente desarrollado en lo técnico.

Los viajes: primera aproximación

Hoy, después de mucho tiempo, escribo aquí para tratar uno de los temas que más tiende a gustar: los viajes. Sin embargo, lejos de hacer una defensa a ultranza de la manera en la que se conciben habitualmente, de lo que pretendo hablar es del modo en el que suelen afrontarse y de lo que considero que es, a todas luces, una falacia. Pongámonos en situación. Hay una especie de tendencia generalizada desde la que se considera que uno viaja para ‘encontrarse a sí mismo’; cuando lo que realmente ocurre es que uno más bien viaja para no pensar demasiado y para desconectar de los problemas que le preocupan. Además, ¿qué es eso de ‘encontrarse a uno mismo’?