Feminismo en el siglo XXI. Décima y última parte. Apuesta por el feminismo como consecuencia de un sistema universal materialista, crítico y radicalmente conservador. Ventajas y problemas
Terminamos hoy con esta serie sobre el feminismo con un artículo que no pretende ser nada más que un pequeño resumen informal de todo lo dicho. Por lo demás, la conclusión ya había empezado en el octavo artículo, encontrándose su ábside en el noveno. En resumen: este escrito no tiene por intención aportar ninguna otra cosa diferente a las cuestiones tratadas hasta ahora, aunque sí busca presentar una última reformulación de lo que es el feminismo, ensayada ya, por lo menos, unas cuatro veces desde que comenzamos este pequeño decálogo de más de 243.000 caracteres, sin contar los trabajos anexos (que sumarían alrededor de 178.000), dando un total equivalente a unas 155 páginas. Evidentemente, entre tanto texto, habrá más de un error que iremos descubriendo con los años, pero os aseguramos que no serán de importancia de cara a la definición y a lo que hemos podido extraer de ella. Como bien subrayamos en el anterior capítulo, hemos encontrado cuestiones de fondo mucho más importantes y significativas que trascienden el feminismo; y una de ellas, fundamental, es el gran presupuesto, no sólo de esta argumentación, sino de todas las que veréis en esta página web: la cuestión de la naturaleza. Si nos aceptáis este sencillo presupuesto, nuestras reflexiones serán todo lo sólidas que un mortal puede pretender en vida; en cambio, si os cuesta comprender tal noción o, sencillamente, os parece un delirio atávico superado hace centurias… Comencemos.